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Maratón del Medoc


"Le marathon le plus long du monde" o lo que es lo mismo, "El maraton más largo del mundo", así reza el lema del Maratón del Medoc o Le Marathon des Chateaux du Medoc que es sin duda una de las pruebas deportivas más singulares de todo el planeta y que ha celebrado el pasado 7 de septiembre su 29ª edición superando con creces las cifras de años anteriores.

Las poblaciones de Pauillac, Saint Estephe y Saint Julien, cuna de algunos de los mejores vinos del mundo y ubicadas en la margen izquierda del estuario de la Gironda, al norte de Burdeos (Francia), acogen desde 1984 esta mezcla de deporte, diversión y cultura vinícola; toda un maraton con sus 42.195 metros, pero en el que además se corre disfrazado y en cuyos avituallamientos (más de 20) se sirve vino aunque, por supuesto, también hay agua, bebidas isotónicas, fruta, galletas, etc.

Hace casi 30 años que un grupo de amigos médicos pusieron en marcha la primera edición de esta singular carrera que transcurre por carreteras asfaltadas y caminos de tierra y arena, entre viñedos y los espectaculares chateaux que decoran el paisaje de esta famosa región vitivinícola. Unos 500 participantes, cifra muy respetable para la época, se pusieron en la línea de salida para completar la mítica distancia

En las siguientes ediciones surgió espontáneamente algo que cambió definitivamente el espíritu de esta prueba: la gente que salía a los caminos a ver el paso de los corredores empezó a ofrecerles lo mejor de esas tierras: el vino. De esta forma lo que comenzó como una anécdota pasó a convertirse en la característica principal del maraton junto con los disfraces, que tendrían que esperar unos años más para consolidarse como imprescindibles.

Esta competición año ha ido superando año tras año su repercusión y reconocimiento y, al igual que en los grandes maratones internacionales, acuden corredores de todas las partes del mundo, destacando Japón, con 369 participantes, Reino Unido, más de 700, EEUU, 318 o Alemania, 531, y representación de más de 55 países, incluyendo Vietnam, Israel, Filipinas, Isla Reunión, Barbados o Malasia. Es el segundo maraton en número de participantes de Francia, sólo superado por el de París.

Más de 16.000 solicitudes, solo 8.500 dorsales

El límite de atletas participantes está establecido oficialmente en 8.500 (aunque en la línea de salida suele haber en torno a los 9.500) y para esta edición se registraron más de 16.000 solicitudes. Los dorsales se agotan a las pocas semanas de abrirse el plazo de inscripción allá por el mes de febrero, las plazas hoteleras disponibles se reservan rápidamente y encontrar sitio en un camping a 30 kms a la redonda se antoja difícil. El día de la carrera más de 50.000 espectadores se acercan para presenciar en vivo esta fiesta desplazándose a los chateaux más espectaculares que sirven de avituallamiento como Chateau Pichon-Longueville o Chateau Lafite-Rothschild.

Objetivo, divertirse

Aunque el espíritu de la carrera es la diversión y el buen humor (por favor, disfrazado y con ganas de pasarlo bien) más del 90% de los atletas consiguen acabar los más de 42 kms dentro del tiempo máximo de 6 horas y media. El ganador suele completar el recorrido sobre las 2h25m y la primera mujer por debajo de 2h50m teniendo en cuenta que no es terreno propicio para realizar buenas marcas ya que se está plagado de tramos con cambios de rasante, se atraviesan viñedos(suelos de tierra, arena y grava) y se entra y sale de continuamente de los chateaux con alternancia de superficies cada poco tiempo.

Tanto esfuerzo merece su recompensa, pero éste no viene en forma de premio en metálico sino que los triunfadores, tanto en su versión masculina como femenina, consiguen su peso en botellas de vino de algunos de las mejores bodegas por las que han pasado, un premio valorado en varios miles de euros y que reciben tras subirse en una balanza sobre la que se coloca en el otro extremo el preciado líquido.

El vencedor seguramente no hace las casi obligadas paradas en los avituallamientos, pero la mayoría de los que le siguen dan buena cuenta de los vinos y de todo tipo de platos que se ofrecen: desde ostras a carne asada pasando por queso, helados, patatas fritas y embutidos, todo ello amenizado por grupos de música, DJ's, fanfarrias, e incluso una banda de gaiteros y algún que otro espontáneo.

Y la organización

Una perfecta organización vela por el buen desarrollo de este acontecimiento con más de 2.000 voluntarios entre los que se encuentran 300 sanitarios repartidos por todo el circuito y que se encargan de que no sólo la carrera sino todo el fin de semana transcurra lo mejor posible; porque además de la carrera hay organizadas varias actividades paralelas como una feria del corredor, cena la víspera para casi 2.000 personas, visitas a bodegas, conciertos, fuegos artificiales, espectáculo antes y...un importante congreso médico-deportivo(no nos olvidemos de que los organizadores en su origen son médicos).

Es por ello y por muchas más cosas que no se pueden explicar por lo que, tal y como afirmamos quien hemos tenido alguna vez la fortuna de participar, el Medoc hay que hacerlo al menos una vez en la vida.